Hay alimentos a los que muchos consideramos necesarios en el marco de una dieta saludable, pero por otro lado, también sabemos que no todo respecto a ellos reviste beneficios. Algo semejante sucede con el vino, pues se trata de un alimento paradójico.
Las ventajas de una copa de vino
Una simple pero sofisticada copa de vino tinto a diario puede sumar un plus de antioxidantes a la dieta, puede tener efectos beneficiosos sobre la salud cardiovascular debido a sus polifenoles y también, puede ser de ayuda para reducir procesos inflamatorios.
Por su contenido en resveratrol, un potente antioxidante, el vino es considerado un alimento antienvejecimiento que además, puede ayudar a prevenir el aumento de peso y cuidar de nuestras arterias, evitando enfermedades como el ictus o el infarto del miocardio.
Como si fuera poco, un vino tinto en medio de una cena podría ser el complemento ideal para sumar placer a la comida y un sabor incomparable.
Asimismo, el vino puede ser fuente de minerales como el potasio o el magnesio, más destacados en el vino tinto que en el vino blanco, al igual que los antioxidantes, pues este último posee 10 veces más polifenoles que el vino blanco.
Al parecer las ventajas que puede ofrecernos el sólo hecho de beber una copa de vino a diario no son pocas, pero no todo es color de rosa, sino que este alimento paradójico tiene su lado B que debemos c
onocer.
El lado B del consumo de vino
El lado negativo del consumo de vino viene de la mano de su contenido en alcohol, una sustancia que sabemos, puede afectarnos negativamente si la consumimos en exceso.
Así, las ventajas que el vino tinto ofrece pueden quedar totalmente opacadas dependiendo de la cantidad que bebamos.
Una copa de vino tinto en las mujeres cada día y dos copas diarias en el caso de los hombres es el límite máximo que no debemos superar, pues más allá de esta cantidad, el alcohol puede perjudicarnos lejos de beneficiarnos.
El consumo excesivo de alcohol puede tener efectos sobre la nutrición de cada persona, al afectar los niveles de vitaminas y minerales en el organismo. Pero además, puede ser contraproducente para nuestro cerebro, hígado y tejido adiposo, así como para la correcta obtención de energía en el organismo.
Así, vemos las dos caras opuestas de un mismo alimento al cual podemos definir como un verdadero alimento paradójico.
Vino sí, pero en dosis adecuadas
De todas las bebidas alcohólicas, el vino tinto parece ser uno de los que más beneficios puede ofrecer a nuestro cuerpo, siempre y cuando su ingesta respete dosis adecuadas.
Así, se sabe que hay una cantidad de alcohol diaria que sí beneficia la salud por encima de la cual comienzan a reducirse los beneficios y si superamos el límite máximo recomendado antes dicho, los beneficios quedan anulados para comenzar a sufrir efectos negativos.
La dosis saludable de vino es la equivalente a una cuarta copa cada día, no pudiendo superar la copa en mujeres o las dos copas en hombres si queremos evitar perjuicios.
Podemos resolver la paradoja de este alimento respetando las cantidades. Y como siempre decimos, nada en exceso es bueno para el organismo, sino que con cada alimento consumido debemos conservar la moderación.
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