El peligro ante una creciente resistencia a los antibióticos debería ser considerado tan grave como el terrorismo en la lista de amenazas que enfrenta Gran Bretaña, según concluyó la principal consejera médica para Inglaterra, la profesora Sally Davies, que calificó el problema como "una bomba de tiempo" y una "amenaza global".
Davies advirtió que operaciones de rutina podrían volverse mortales en sólo 20 años si las autoridades de salud pierden la habilidad de combatir las infecciones.
"En caso de no tomarse acciones, podría pasar que regresáramos a un medio ambiente como el del siglo XIX, donde las infecciones mataban como resultado de operaciones de rutina. Podríamos vernos imposibilitados de hacer mucho en tratamientos contra el cáncer o en transplantes de órganos", agregó.
De acuerdo a la profesora Davies, las compañías farmacéuticas deben ser incentivadas a crear nuevas drogas, ya que la manufactura de antibióticos no es vista como lucrativa
. "No contamos con nuevas clases de antibióticos desde finales de los años 80 y hay muy pocos antibióticos por salir en las grandes firmas farmacéuticas que crean estas drogas", subrayó.
La presencia de algunos microbios peligrosos y extremadamente resistentes a los antibióticos ha aumentado en forma alarmante no solo en Gran Bretaña, sino también en los hospitales de Estados Unidos, según reportaron las autoridades de salud de ese país. Las llaman "bacterias de pesadilla", han sido detectadas en 42 estados y amenazan con extender su resistencia.
En los primeros seis meses del año pasado, casi 200 hospitales estadounidenses, casi el 4% del total del país, registraron al menos un caso, reportaron los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
"Los llamaría una gran amenaza que está surgiendo en nuestros hospitales", dijo el doctor Arjun Srinivasan, experto en enfermedades infecciosas en los CDC (siglas en inglés de los centros).
Un estudio realizado por estos centros sobre un grupo bacteriano específico, muestra que cinco de las 70 clases de ese grupo habían desarrollado resistencia al antibiótico Carbapenem, considerado un último recurso contra los gérmenes difíciles de combatir. En 2001, los hospitales en Estados Unidos reportaron que sólo el 1% de las muestras de la familia bacteriana eran resistentes a ese antibiótico. Para 2011 la cifra había subido al 4%.
En base a ANSA y AP.
Un investigador de la Universidad de Granada ha formulado una nueva hipótesis que podría revolucionar la industria farmacéutica: ¿por qué las bacterias son cada vez más resistentes a los antibióticos? Su trabajo ha determinado que el uso de antibióticos puede provocar, incluso, que bacterias que no eran resistentes adquieran dicha resistencia porque captan el ADN de otras que sí lo son.
Mohammed Bakkali, experto de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada (UGR), sostiene que el abuso que hacemos de los antibióticos "obliga" a las bacterias a captar ADN de otras bacterias que sí son resistentes a ellos, ya que la presencia de antibióticos las somete a un enorme estrés.
"De este modo, las bacterias que no eran resistentes se convierten en resistentes de forma completamente accidental al ingerir este ADN, e incluso pueden hacerse mucho más virulentas, en parte debido al estrés al que las sometemos cuando abusamos del uso de los antibióticos", apunta el investigador.
Desde hace décadas, científicos de todo el mundo investigan cuándo, cómo y por qué las bacterias captan ADN de otras bacterias resistentes a los antibióticos, haciéndose así resistentes también.
Desde hace décadas, científicos de todo el mundo investigan cuándo, cómo y por qué las bacterias captan ADN de otras bacterias resistentes a los antibióticos, haciéndose así resistentes también.
Mientras que las respuestas al cuándo captan el ADN (en situaciones desfavorables o estresantes) y al cómo es el aparato que las bacterias usan para captarlo están claras, hasta la fecha "nadie ha determinado la razón que lleva a las bacterias a ingerir ese material genético", apunta Bakkali en un trabajo publicado en el último número de la revista Archives of Microbiology.
En condiciones normales, una bacteria podría tener mucho que perder si 'decide' captar ADN, ya que no dispone de un 'lector' que le permita captar solo las moléculas que le son útiles y lo más probable es que este ADN le sea dañino, e incluso letal.
No quieren ese ADN, porque lo rompen
En su artículo, Bakkali argumenta que, en realidad, las bacterias no buscan ADN para captar (parecen no 'querer' ese ADN, ya que están continuamente degradándolo, es decir, rompiéndolo) y que dicha captación es un evento fortuito y sub-producto de un tipo de motilidad bacteriana que forma parte de su respuesta al estrés al cual la bacteria puede verse sometida.
Por lo tanto, el uso indiscriminado de antibióticos que hacemos en la actualidad "no solamente selecciona las bacterias resistentes, sino que también hace que las bacterias capten más ADN, debido al aumento de su motilidad en respuesta al estrés que les impone el antibiótico".
El resultado es que el estrés impuesto por el propio antibiótico induce la captación de material genético que puede conferir resistencia al antibiótico por parte de bacteriasque de otra forma no iban a captar ese ADN ni hacerse resistentes al antibiótico. Además, dicho efecto se ve potenciado por su inespecificidad, ya que ocurre tanto en el patógeno diana como en otras bacterias.
El investigador afirma que, cuando una bacteria capta ADN procedente de otra que era resistente a un antibiótico (y que pudo morir debido a otro factor ambiental), la bacteria que lo capta consigue resistencia a ese antibiótico. "De esta forma las bacterias pueden ir añadiendo arsenal de resistencia a antibióticos y terminar resistentes a una amplia gama de estos, como es el caso de la cepa multi-resistente de un estafilococo, llamado Staphylococcus aurius, que causa estragos en muchos quirófanos".
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