
Para la investigación, publicada en la revista Basic Research in Cardiolgy, se utilizaron cerdos a los que se les suministró cerveza y se les indujeron infartos. Tres semanas después del infarto de miocardio «el tamaño de la cicatriz era significativametne inferior en los animales cuya dieta fue suplementada con cerveza tradicional y sin alcohol, frente a los que mantuvieron una dieta habitual».
Sobre las razones de esta reacción, Gemma Vilahur apuntó que las causas se le atribuyen a los antioxidantes que se encuentran en el lúpulo y no al alcohol. Los autores de la investigación insistieron varias veces en defender «el consumo moderado y la dosis adecuada». Establecieron esta última dos cañas al día para los hombres y una para la mujer, «dada la mayor complexión de los hombres», apuntó la doctora.F:LaInformacion