Una prueba molecular, como la que se realiza en el INCan, explica el doctor Carlos Pérez-Plascencia, Jefe de la Unidad de Genómica y Secuenciación Masiva del Instituto, permite identificar mutaciones en determinados genes como BRCA1 y BRCA2
El riesgo de cáncer de las mujeres mexicanas es de aproximadamente 10%, sin embargo, además de los ambientales por la contaminación, existen otros factores, como los genético-hereditarios, que pueden elevar el riesgo de padecer cáncer de mama-ovario hasta 80%, de acuerdo con la doctora Rosa Ma. Álvarez, médico genetista de secuenciación en el Instituto Nacional de Cancerología (INCan).
El riesgo se eleva cuando se presenta el Síndrome de cáncer de mama y ovario hereditario, el cual puede ser detectado gracias a que existen ciertos indicadores establecidos a través de una historia familiar y una prueba molecular, explica la especialista en genética:
1. Tener más de dos familiares diagnosticados con cáncer o riesgo de cáncer.
2. Diagnóstico de cáncer o riesgo de cáncer en familiares menores de 50 años.
3. Presencia o riesgo de cáncer (mismo tipo) en varios miembros de la familia.
4. Más de un tipo de cáncer diagnosticado en algún familiar.
5. Algún tipo raro de cáncer diagnosticado en algún miembro de la familia.
Una prueba molecular, como la que se realiza en el INCan, explica el doctor Carlos Pérez-Plascencia, Jefe de la Unidad de Genómica y Secuenciación Masiva del Instituto, permite identificar mutaciones en determinados genes como BRCA1 y BRCA2, asociados al menos en 50% de los casos de cáncer de mama y ovario hereditarios.
De acuerdo con la doctora Álvarez, este trabajo de abordaje genético es único en México, y casi en el mundo, gracias al cual se puede detectar el riesgo de cáncer de mama y ovario 20 años previos a la aparición del tumor.
De esta manera, una prueba molecular no sólo permite una detección oportuna, sino también la aplicación de terapias exitosas que reduzcan el riesgo de cáncer, tales como la mastectomía bilateral, que lo reduce en 95%; la quimioprofilaxis (tamoxifeno), 60% aprox.; la salpingo-ooforectomía, 80-85%, o bien alguna combinada.
Cabe destacar, según los especialistas, que optar por este tipo de terapias que tienen la finalidad de reducir lo más posible el riesgo de cáncer, de mama, ovario u otro, es decisión única de las propias mujeres. Son ellas quienes pueden decidir si se someten a estos u otros tratamiento, los cuales pueden extender su esperanza de vida pese a tener antecedentes genético-hereditarios.