
Al analizar a fondo el fenómeno el especialista observó que “el resentimiento constante puede resultar en sentimientos globales de ira y hostilidad que, cuando son lo suficientemente fuertes, pueden afectar la salud física de las personas”.

“Cuando esta emoción se abriga por demasiado tiempo, la amargura predice patrones de desregulación biológica (un impedimento fisiológico que afecta al metabolismo, las respuestas inmunes y las funciones de los órganos) y de enfermedades físicas”, subrayó el científico.
Pero el lado positivo de este problema es que tiene solución. Wrosch asegura que es posible evitar y aliviar el resentimiento al buscar nuevas maneras de sentirse satisfecho con los propios objetivos. Si no es posible cumplir con las metas, entonces es importante desentenderse del tema y comenzar un proyecto que sea igual de significativo.

Este proceso de comprometerse y re-comprometerse se denomina auto-regulación y Wrosch lo considera muy importante para la salud mental. “Cualquier intervención terapéutica efectiva depende de que el individuo afectado encuentre formas de autoregularse”, explicó.
A veces se necesita otro sentimiento extra para superar el resentimiento. Wrosch recalcó que cuando otra persona es realmente responsable de los problemas propios entonces la clave para no aferrarse a la ira es perdonar. F: TiempoEnLinea
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