Científicos del Instituto Nacional de Salud Ocupacional de Noruega han identificado unas variaciones específicas en los genes responsables del ritmo circadiano, lo que se conoce como el reloj biológico, que podrían estar relacionadas con un mayor riesgo de padecer cáncer de mama.
Así se desprende de los resultados de un estudio publicado en la revista 'Breast Cancer Research', de BioMed Central, que podría explicar el incremento de casos detectado en aquellas mujeres que tienen turnos nocturnos en su trabajo.
Este riesgo es tan sorprendente que la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer ha llegado a clasificar los trabajos nocturnos como un posible carcinógeno.
Lo que hasta ahora se había observado era que trabajar por la noche altera el ritmo circadiano natural del organismo y provoca cambios en la producción de hormonas, como la melatonina, que normalmente tiene su pico de producción en la noche.
Sin embargo, en un estudio con enfermeras se vio que quienes tenían al menos seis turnos nocturnos consecutivos al mes tenían el doble de riesgo de cáncer de mama, si se comparaba con las que tenían turnos durante el día.
Al analizar sus perfiles genéticos, los autores han vinculado este aumento a dos variaciones específicas en el gen AANAT, que codifica la serotonina N-acetiltransferasa, implicada en la fabricación de la melatonina.
En cambio, se vio una disminución del riesgo asociada a una variante específica de un gen llamado CLOCK, que controla los ritmos circadianos, y otro llamado BMAL1, cuya proteína se une a la proteína producida por el primero.
El efecto de estas variaciones genéticas dependía del número de noches trabajadas a la vez, según ha explicado Shanbeh Zienolddiny, quien dirigió el estudio, que asegura que "entender los genes del reloj biológico y los procesos que lo controlan puede ser importante para conocer los mecanismos de riesgo de cáncer".F: EP