Quienes hacen su tiempo de comida diario más grande en el desayuno son mucho más propensos a perder peso y a disminuir la circunferencia de la cintura que los que lo hacen a la hora de la cena.
Así lo determinó un estudio hecho en la Universidad de Tel Aviv que determinó que los beneficios van mucho más allá de kilos y centímetros.
“Los participantes que comieron un desayuno más grande ---que incluía un elemento de postre, como un pedazo de pastel de chocolate o una galleta--- también tenían niveles significativamente más bajos de insulina, glucosa y triglicéridos durante todo el día”, aseguran en el sitio de la universidad.
Eso se traduce en un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión y colesterol alto.

“El metabolismo se ve afectado por el ritmo circadiano del cuerpo ---el proceso biológico que el cuerpo sigue a lo largo de un ciclo de 24 horas. Por eso, la hora del día en que comemos puede tener un gran impacto en la forma en que nuestro cuerpo procesa los alimentos”, explicó Daniela Jakubowicz de la Facultad Sackler de Medicina.
Por eso, dice la investigadora, estos resultados, publicados en la revista Obesity, indican que tener un horario de comidas adecuado puede hacer una importante contribución a la gestión de la obesidad y la promoción de un estilo de vida saludable en general.

La diferencia era que uno de ellos consumió 700 calorías en el desayuno, 500 en el almuerzo y 200 en la cena; mientras que el segundo comió un desayuno de 200 calorías, un almuerzo de 500 calorías y una cena de 700 calorías. El desayuno de 700 calorías y la cena incluían los mismos alimentos.

El segundo grupo también tenían niveles de triglicéridos más altos.
Estos hallazgos sugieren que las personas deben adoptar un horario de comidas bien pensado, además de tener una nutrición adecuada y hacer ejercicio para optimizar la pérdida de peso y mejorar la salud general.
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