Investigadores estadounidenses han descubierto la forma de obtener electricidad de las bacterias, específicamente de las geobacterias, microbios que producen corriente eléctrica a partir de barro o aguas residuales. La bacteria descubierta o “creada” por estos científicos tiene la capacidad de generar ocho veces más electricidad que el organismo original.

“Este nuevo estudio”, dice Derek Lovley, director del estudio, de la Universidad de Massachusetts, “nos muestra que se puede aumentar la producción de las bacterias y nos permite comprender qué se necesitará para seleccionar genéticamente organismos de mayor potencia”.
Los filamentos de las geobacterias, apenas si miden 3 o 5 nanómetros de diámetro, o sea 20 mil veces más finos que un cabello humano. Pero son fuertes, y han sido llamados nanocables, por el rol que juegan al mover electrones. Justamente estos filamentos son el secreto de estos microbios para producir corriente eléctrica a partir de desperdicios orgánicos y sedimentos.
Los filamentos de las geobacterias parecen ser críticos para formar la biopelícula que ayuda en la transferencia de electrones al hierro en el suelo y en el sedimento. En la naturaleza, las colonias de bacterias forman películas pegajosas para anclarse a una superficie como un diente o alguna roca bajo el agua, proveyendo así un medio ambiente vivo cerca de una fuente de comida.
Los científicos están explotando la capacidad de estas bacterias de generar electricidad, y están logrando geobacterias cada vez más generadoras, gracias a la selección dirigida. Lo que hacen es colocar colonias de geobacterias sobre un electrodo de grafito, y alimentan a las bacterias con acetato. Estas crean esa película pegajosa en la que los electrones pueden transferirse a través de los nanocables.
Pero para poder hacer que esas geobacterias sean cada vez más transmisoras de electricidad, se les fue dando pequeños empujes de electricidad a través del electrodo, para forzar a las bacterias a que presionen más fuerte a fin de deshacerse de los electrones. Así lograron en cinco meses una nueva cepa de geobacterias capaces de generar ocho veces más corriente eléctrica.
Se viene experimentando con estas bacterias desde el año 2002 en que fue descubierto que generaban electricidad a partir de sedimentos orgánicos. Ahora la idea es aplicarlo a células de combustible microbianas, que convierten combustible en electricidad sin combustión.
Estas células de combustible microbianas consisten en un electrodo llamado ánodo, que acepta electrones de los microorganismos, y otro electrodo llamado cátodo, que transfiere electrones al oxígeno. Los electrones fluyen entre el ánodo y el cátodo para proveer corriente eléctrica que puede ser cosechada para alimentar a cualquier dispositivo electrónico.
Fuente: ScienceDaily Vía Slashdot
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