El ayuno, una práctica religiosa tradicional, puede ayudar a mejorar el estado del aparato digestivo y desintoxicar el organismo, siempre que se sigan unas sencillas normas y precauciones nutricionales como indican los expertos
"Ayunar es bueno para el bienestar físico, pero para los creyentes es, en primer lugar, una “terapia” para curar todo lo que les impide conformarse a la voluntad de Dios. Su "práctica fiel" contribuye a “dar unidad a la persona, cuerpo y alma” y "nos ayuda a tomar conciencia de la situación en la que viven muchos de nuestros hermanos”.
Estas palabras son parte de uno de los mensajes para la Cuaresma del papa emérito Benedicto XVI, en el que destaca "los cuarenta días de ayuno que el Señor vivió en el desierto antes de emprender su misión pública" y que "no solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.
Para que la privación de alimentos nutra el espíritu y de paso beneficie al cuerpo conviene tomar ciertas precauciones y seguir los consejos de los profesionales y organismos sanitarios.
La Semana Santa es una temporada de reflexión, que incluye penitencias como el ayuno, que si se hace de forma inadecuada puede causar problemas, advierte en un comunicado, el Ministerio de Salud del Gobierno de Perú (MINSA).
Según la nutricionista Elizabeth Racacha, citada por el MINSA, aunque "el ayuno es saludable, pues sirve para limpiar y descongestionar el aparato digestivo, si no se hace con conocimiento previo, podría provocar la aparición de males gástricos, hipoglucemia (concentración de glucosa en la sangre anormalmente baja) e incluso desmayos".
El ayuno no consiste en dejar de comer y beber como muchos piensan...
Elizabeth RacachaNutricionista
“El ayuno no consiste en dejar de comer y beber como muchos piensan, sino que está relacionado con la no ingesta de alimentos sólidos, pero si se puede consumir líquidos como por ejemplo, jugos de fruta” ha explicado Racacha.
“Si estamos en condiciones de salud adecuadas y en las edades comprendidas entre los 18 y 60 años, se puede ayunar hasta el medio día o un día completo. En caso de no estar en condiciones de realizar el ayuno se puede suplir haciendo el sacrificio de abstenerse de un alimento que nos guste, de actividades que nos plazcan o realizar obras de caridad a nuestros semejantes”, ha recomendado la especialista.
Para llevar una alimentación saludable en estos días esta nutricionista sugiere incrementar el consumo de frutas naturales, verduras y líquidos (zumos de frutas naturales), así como comer pescado en sus diferentes preparaciones.
Cuando conviene parar
Cuando el ayuno es parcial, es decir que se consume sólo líquidos, posiblemente el individuo recibe cierta cantidad de calorías provenientes de azúcares presentes en lo que se bebe, por lo que es poco probable que aparezcan algunos síntomas, según la doctora Karen Salvo, nutricionista de la Clínica Alemana, en Chile.
Sin embargo, según esta experta chilena conviene interrumpir el ayuno "si aparece una sensación de debilidad de cualquier grado, desmayos e indicios de hipoglucemia, como sudoración profusa, temblor, taquicardia y fatiga, entre otros".
En todo caso "antes de efectuar este tipo de ayuno" la doctora Salvo recomienda “no realizar actividad física en exceso, además de ingerir líquidos en abundancia para evitar la deshidratación”.
Para compensar el ayuno, según esta nutricionista, el día anterior "es adecuado alimentarnos bien para que el cuerpo guarde glicógeno (depósito de glucosa en el hígado y músculo) y el día posterior es recomendable “tener una comida adecuada, pero moderada” en vez de ingerir “todo lo que no se comió durante un día".
"El ayuno es una práctica de tradición milenaria que en su connotación sagrada purifica el alma y eleva el espíritu, mediante la supresión del aporte de comida”, apunta Rubén Bravo, naturópata y especialista en nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).
En el caso de los creyentes católicos, Bravo señala que entre las recomendaciones que recoge la "ley del ayuno" de la Constitución Apostólica, figuran las de “abstenerse de carne, consumir únicamente líquidos o hacer una comida al día”, siendo permitidos lácteos, huevos y productos de grasa animal.
Para quienes van a guardar ayuno en Semana Santa, los nutricionistas del IMEO proponen un plan de alimentación basado en líquidos que asegura los niveles mínimos de glucosa para el correcto funcionamiento del organismo.
Consiste en tomar un vaso y medio de zumo de piña recién hecho como desayuno, un vaso y medio de yogur (sin grasas) bebido a media mañana, dos tazones de caldo de verduras y pescado en el almuerzo, el zumo de tres naranjas como merienda, y repetir la comida del almuerzo para la cena.
"En día de ayuno el aporte calórico nunca debería bajar de unos 1000 -1100 kilocalorías diarias. Por tanto, la actividad física debe ser más bien baja o limitada a sólo caminar, para evitar el riesgo de bajadas de tensión o azúcar”, indica Bravo.
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