“Yo era una persona delgada. Hace casi 20 años atrás empecé a engordar cada día más. Tenía la cara redonda y la piel cada vez más amoratada. Fui de un médico a otro, pero lamentablemente nunca di con alguien que me explicara qué debía hacer, que me dijera qué tenía”.

Así resume Isabel Parra de Vargas, de 68 años, la incertidumbre y angustia que vivió hasta dar con el diagnóstico correcto sobre la condición que padece desde hace tiempo.
Pese a que su incidencia es de uno a dos pacientes por cada millón por año, la enfermedad de Cushing es una enfermedad seria y debilitante para los que la padecen. Comúnmente afecta a adultos entre los 20 y 50 años, y es tres veces más usual en mujeres que en hombres.
Su origen es el exceso de cortisol en el cuerpo debido a la presencia de un tumor no canceroso en la glándula pituitaria, ubicada en la base del cerebro. Esa sobreproducción de cortisol genera una serie de cambios físicos como sobrepeso, cara redonda o enrojecida, estrías púrpuras en todo el cuerpo, hematomas frecuentes, exceso de vello, fatiga severa y debilidad.
Hasta la fecha se desconocen las causas o los factores de riesgo que contribuyen al desarrollo de los tumores no cancerosos en la glándula pituitaria.
Entre otras complicaciones de salud, la enfermedad de Cushing provoca osteoporosis, diabetes, hipertensión, infecciones y cálculos en los riñones. Su índice de mortalidad es hasta cuatro veces más alto que en la población saludable.
Para los pacientes es muy importante un diagnóstico adecuado y preciso lo más pronto posible, puesto que se reducen las comorbilidades, los problemas secundarios y las enfermedades asociadas como hipertensión, diabetes y otras complicaciones asociadas a la Enfermedad de Cushing”, asegura el Dr. Luis Vicente Syro neurocirujano de Colombia.

Confirmada la Enfermedad de Cushing, las posibilidades de un tratamiento eficaz son limitadas. “El principal reto para el manejo de estos pacientes es normalizar rápidamente su
exceso de cortisol, poder contrarrestar o controlar el efecto tumoral y darle al paciente una buena calidad de vida”, afirma el médico endocrinólogo William Rojas.
La única cura de largo plazo es la extirpación quirúrgica del tumor pituitario. Sin embargo, aún después de la remoción exitosa del tumor, es común la recaída y puede ocurrir en hasta el 30% de los pacientes y hasta el 50% de los pacientes podrían experimentar enfermedad persistente.

Actualmente se vislumbra una luz en el camino, la industria farmacéutica se encuentra en la etapa final del desarrollo y aprobación de un medicamento que ayude a reducir la producción de cortisol y a disminuir el tumor de esta rara condición hormonal que tiene efectos devastadores en millones de personas en todo el mundo.
Fuente
No hay comentarios:
Publicar un comentario