El enfriamiento del cuero cabelludo mediante cascos especiales para controlar la caída de cabello durante la quimioterapia es una idea que se ha tenido durante décadas, pero nunca se impuso en Estados Unidos en parte debido a una preocupación: ¿el frío puede impedir que la quimioterapia alcance alguna célula cancerosa en el cuero cabelludo?
“¿Funcionan y son seguros? Son las dos grandes incógnitas. No lo sabemos”, reconoce Kimberly Stump-Sutliff, enfermera oncóloga, portavoz de la Sociedad Oncológica Estadounidense. Los estudios en el exterior no han aclarado esas dudas. “Necesitamos saberlo”.
Para la doctora Hope Rugo, de la Universidad de California en San Francisco, el impacto de la pérdida del cabello ha sido ignorada o subestimada por la profesión médica. Ha tenido pacientes que demoran un tratamiento crucial para evitar la pérdida de cabello y otras cuyos negocios se vieron afectados: sus clientes vieron que estaban enfermos y se alejaron.
Preocupación
“Es la primera o segunda pregunta que formula un paciente cuando le recomiendo quimioterapia. No es si esto lo va a curar, sino si va a perder el cabello”, dice la doctora Susan Melin, del Centro Médico Bautista Wake Forest de Carolina del Norte.
Este verano, Hope y Susan, junto con investigadores de otros hospitales en Nueva York y California, empezarán a enrolar a 110 pacientes en estado inicial de cáncer de seno para realizar un estudio del casco DigniCap.
Si este estudio más numeroso tiene éxito, Dignitana AB, de Suecia, pediría autorización a la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA) para comercializar el casco en Estados Unidos.
Investigación | Características
Otros datos del estudio que se realizará para verificar si funciona el casco DigniCap.
Procedimiento
El casco, bien ajustado al cráneo, se conecta a una máquina que mantiene una temperatura de cuatro a cinco grados centígrados mientras los pacientes se someten a quimioterapia. Los resultados se compararán con los de otro grupo de pacientes similares que recibirán sólo quimioterapia.
Programa piloto
Míriam Lipton es una de 20 participantes en un programa piloto de DigniCap, la mayoría de las cuales conservaron más de la mitad del cabello. Los efectos secundarios: dolor y jaqueca.
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