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domingo, 4 de agosto de 2013

Descubren una terapia que retrasa el mieloma

El tratamiento  logra retrasar su progresión y aumentar la supervivencia de los pacientes.
El mieloma múltiple tiene una incidencia anual de cuatro casos por cada 100.000 habitantes, que se produce por la transformación maligna de las células plasmáticas, presentes en la médula ósea.

El nuevo tratamiento es el resultado de un ensayo clínico realizado por el Grupo Español de Mieloma (GEM-PETHEMA), que publica en su número de agosto la revista médica The New England Journal of Medicine, y que fue coordinado por los doctores Jesús San Miguel y María Victoria Mateos, del Servicio de Hematología del Hospital Universitario de Salamanca.

Los resultados del estudio ponen de manifiesto, según los doctores San Miguel y Mateos, la necesidad de identificar como un grupo diferente a los pacientes con mieloma asintomático de alto riesgo, así como la conveniencia de considerarlo como un mieloma sintomático en fase precoz.

La posibilidad de que un tratamiento precoz en esta fase pueda mejorar la evolución del mieloma múltiple supone un cambio en la práctica clínica habitual ya que los pacientes no eran tratados hasta que no aparecían los síntomas del tumor.

Según el Dr. San Miguel, los nuevos fármacos aparecidos en los últimos años permitieron aumentar "de forma notable" la esperanza de vida de estos pacientes en unos cinco o siete años.

El ensayo clínico se centró en la fase previa a la aparición de los síntomas, denominado "mieloma quiescente o asintomático". Según la doctora Mateos, el riesgo de que estos pacientes se conviertan en sintomáticos es del 10 por ciento, lo que quiere decir que en un período de cinco años la mitad de los enfermos padecerán el tumor.

En el estudio participaron 120 pacientes de los cuales a la mitad no recibió ningún tipo de terapia hasta la aparición de los síntomas mientras que al resto se les administró el tratamiento con antelación.

Los resultados del ensayo mostraron un porcentaje de respuesta al tratamiento superior al 80 por ciento. El 74 por ciento de los pacientes no tratados progresaron al mieloma activo mientras que de los que fueron tratados con lenalidomida y dexametasona solamente lo han hecho el 22 por ciento, explicó San Miguel..    F: CaracolRadio

martes, 26 de marzo de 2013

Una terapia génica consigue 'destruir' la leucemia de dos niñas


El mundo.es

,Hace apenas unos días, este diario se hizo eco del éxito que había tenido una terapia génica experimental en un tipo grave de leucemia en tres pacientes adultos. Ahora, este mismo tratamiento ha conseguido la remisión completa de la misma enfermedad en dos niños. Así lo atestigua un estudio publicado en la revista científica 'The New England Journal of Medicine'.



Las dos pacientes son niñas. Tanto la primera, de siete años, como la segunda, de 10, tenían leucemia linfoblástica aguda (ALL, por sus siglas en inglés), un cáncer más frecuente en niños que en adultos. La última parte de sus historias también es parecida. Ambas se sometieron al tratamiento convencional (quimioterapia estándar) y en ninguno de los casos se produjo un avance. De hecho, al poco tiempo, sufrieron sendasrecaídas.
Después de probar de forma experimental la terapia génica, el pronóstico dio la vuelta. Ahora están 'libres' de cáncer. No hay ni rastro de células cancerosas en sus cuerpos y todo después de haber recibido células T defensivas manipuladas específicamente para multiplicarse y destruir una proteína denominada CD19, muy presente en los pacientes con esta enfermedad.
La hazaña la lideró un equipo de médicos del Hospital Infantil de Filadelfia (EEUU) y de la Universidad de Pensilvania (EEUU). "Este estudio describe hasta qué punto estas células tienen un efecto anticancerígeno en los niños", aunque, subrayan los autores, "en algunos pacientes con ALL, necesitaremos ir más allá y modificar el tratamiento" para atacar moléculas de superficie implicadas en la proliferación celular.
Este ensayo clínico cuenta con la colaboración de los científicos de la Universidad de Pensilvania, quienes que ya aplicaron este tratamiento para las leucemias que afectan a las células B. En 2011, también de forma experimental, probaron esta terapia en tres adultos con leucemias muy avanzadas, las tres del mismo tipo: linfocítica crónica (CLL). Los resultados fueron sorprendentes. En dos de ellos, el cáncer remitió y ahora que han pasado algo más de dos años, las noticias son muy buenas porque continúan en remisión.
El principal autor de dicha investigación es también el autor senior del actual estudio, Carl June, profesor de inmunoterapia en la escuela de Medicina de la Universidad de Pensilvania. Tras este nuevo y exitoso hallazgo asegura que su mayor esperanza es que los esfuerzos realizados por él y el resto del equipo sirvan para, algún día, "reducir o prescindir de la necesidad de un trasplante de médula ósea [actualmente es la única opción de cura], una intervención que conlleva un alto riesgo de muerte y además requiere largas hospitalizaciones", según June.
La idea de June y sus compañeros es que si con el tiempo, el tratamiento es efectivo, "nos gustaría seguir investigando y quizás llegar a tratar la leucemia sin quimioterapia".
Lo que los investigadores hicieron fue adaptar el tratamiento original para CLL a la leucemia linfoblástica aguda, que afecta fundamente a los niños. Después de décadas de investigación, los oncólogos pueden curar al 85% de los pequeños enfermos. Las dos niñas del estudio formaban parte del 15% en el que los tratamientos convencionales no funcionan.
Las dos pequeñas se han beneficiado de un gran trabajo debioingeniería. Los artífices de este hallazgo manipularon su sistema inmune para incrementar su capacidad de lucha contra este cáncer.

La terapia

¿Cómo? Extrajeron células T propias de cada paciente y las modificaron en el laboratorio, 'adiestrándolas' para que se multipliquen y destruyan las células cancerosas responsables de la enfermedad. Crearon un tipo de células denominadas CTL019, diseñadas específicamente para atacar una proteína llamada CD19 que se deposita sólo en la superficie de las células B.
Tras este proceso de manipulación genética, las células T consiguen ser más potentes en su objetivo. De hecho, al infundirlas, cada una es capaz de matar a miles de células tumorales.
Cabe señalar que mientras las células CTL019 eliminan la leucemia, también producen una serie de efectos secundarios: fiebres altas y baja presión sanguínea, entre otros. En una de las niñas (la más pequeña) estas complicaciones fueron más severas y el equipo médico tuvo que tratarlas rápidamente.
En definitiva, la terapia CTL019 elimina todas las células B que llevan CD19, sean tumorales o no. Como dice los autores, "los pacientes pueden vivir sin células B, aunque necesitarían transfusiones regulares de inmunoglobulina, lo cual podría hacerse en casa".
Los investigadores ahora continúan estudiando esta terapia y explorando las razones por las que algunos pacientes no responden a la terapia o experimentan recaídas. A diferencia de la primera paciente, la segunda recibió células T modificadas a partir de la donación de un cordón umbilical compatible. Además, previamente había sido tratada con un anticuerpo monoclonal y quizás esto pudo favorecer el éxito de la terapia génica.

lunes, 25 de marzo de 2013

Una terapia para la artritis reumática aumenta los valores de colesterol




Los pacientes con artritis reumática (AR) tratados sólo con metotrexato o con etanercept o sulfasalazina más hidroxicloroquina han sufrido un aumento de los niveles de lípidos poco después del tratamiento, dicen investigadores.
Aun así, todavía se desconoce la importancia de estos hallazgos, según aclara en Arthritis & Rheumatism el equipo del doctor Jeffrey R. Curtis, del Centro Médico de Asuntos de los Veteranos de Birmingham, Alabama.
La AR eleva significativamente el riesgo de padecer enfermedad coronaria, pero los autores explican que aún se desconoce el papel de los lípidos en su desarrollo.
La información surge de 459 pacientes con AR en estadio inicial (3,8 meses en promedio) que participaron en el ensayo clínico aleatorizado TEAR.
A las 24 semanas se registró un aumento significativo del valor de colesterol en los tres grupos tratados. Los incrementos fueron de 57,3 mg/dL con metotrexato, 56,8 mg/dL con metotrexato y etanercept, y 53 mg/dL con la terapia triple.
Los aumentos respectivos del colesterol HDL fueron 20,6, 19,3 y 22,3 mg/dL, mientras que los del colesterol LDL fueron 30, 31,4 y 28,7 mg/dL.

El equipo no halló diferencias en la variación de los lípidos entre los grupos, pero sí un cambio significativo en la relación colesterol total/HDL. El índice aterogénico disminuyó levemente en todos los grupos.
Tras ajustar distintas variables, la variación de la proteína C reactiva estuvo asociada con cambios de los niveles de lípidos, pero no con la actividad de la enfermedad. Las alteraciones por lo tanto "estarían menos asociadas con algún tipo de tratamiento de la AR y más relacionadas con una reducción de la inflamación".
El equipo halló también que el uso continuo de glucocorticoides (permitido en el estudio) estuvo independientemente asociado con cambios del HDL y del colesterol total.
"Esto coincide con observaciones previas de que los glucocorticoides elevan los niveles de lípidos", según los autores del estudio. Además, señalan que "la AR influiría en los niveles de lípidos".
Sobre los resultados, el doctor Michael T. Nurmohamed, del Centro Médico de la Universidad VU, Amsterdam, dijo por correo electrónico: "Este estudio demuestra claramente que el tratamiento antirreumático efectivo en los pacientes con AR inicial, ya sea con metotrexato (combinado) o con etanercept (más metotrexato) induce un aumento del colesterol total y del colesterol LDL y HDL que no varía entre los distintos tipos de tratamientos".
Pero aclaró que, dado que el índice aterogénico tendía a disminuir, sería poco probable que esos cambios de los niveles de lípidos terminen elevando el riesgo cardiovascular de nuestros pacientes. Nurmohamed consideró que ese índice es un predictor poderoso de enfermedad cardiovascular.
"En cambio -concluyó-, el tratamiento antirreumático efectivo restablecería las propiedades antiaterogénicas del colesterol HDL perdidas durante la actividad inflamatoria. Esto reduciría el riesgo cardiovascular. Futuros estudios sobre los efectos cardiovasculares en nuestros grupos de pacientes demostrarán si ése es o no el mecanismo más prevalente por el que los biológicos reducen el riesgo cardiovascular (como sugieren los estudios observacionales)."

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